El ajo es uno de esos alimentos que no puede faltar en nuestra despensa que tanto usamos para cocinar y que es muy rico en azufre, arginina, olisacáridos, flavonoides y selenio, todos ellos micronutrientes muy beneficiosos para nuestra salud.
Esta hortaliza antiguamente era recomendada como alimento medicinal, y ello se debe a la bondad de sus múltiples efectos y beneficiosas propiedades que nos proporciona su consumo:
- Es un antibiótico, antiséptico, fungicida y bactericida gracias al efecto de la alisina que contiene, que sólo es liberado cuando el ajo es triturado o machacado.
- Favorece la digestión pues estimula la secreción de jugos gástricos.
- Es muy bueno para controlar la hipertensión
- Ayuda a controlar también los niveles de colesterol en sangre
- Tiene efectos anticancerígenos: al digerir determinados alimentos se forman en nuestro organismo potentes cancerígenos, cuya acción es bloqueada por el ajo.
- Es un buen remedio cardiovascular y por tanto, mejora la circulación del sistema sanguíneo.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) nos da la pauta de consumo en adultos de una dosis diaria de 2 a 5 gr. de ajo fresco (aproximadamente un diente de ajo), o bien de 0,4 a 1,2 gr. de ajo en polvo seco, para promocionar la buena salud de nuestro organismo.
Pero claro, para que nos podamos beneficiar de todas sus propiedades, lo óptimo es comer el ajo crudo.
Sin embargo, el consumo de ajo crudo tiene esos incómodos y desagradables “efectos secundarios” que todos hemos padecido alguna vez: indigestión, mal aliento, rebufos estomacales, … Precisamente por estos efectos secundarios muchos solemos evitar su consumo en crudo, y nos perdemos entonces su magnífico sabor y sus múltiples beneficios. Casi nadie como dientes de ajo en crudo por sí solos, pero sí es cierto que a muchos nos da temor incluso el consumo del ajo crudo como condimento o como parte de una receta. Yo, por ejemplo, a pesar de que me encanta, llevaba años evitando comer alioli ( o ajoaceite). Sin embargo, habréis notado como muchas de mis recetas en Cruditeka tienen como ingredientes ajo crudo. A continuación os cuento el secreto de como evitar los tan poco deseados efectos secundarios del ajo.
1.- AJOS, ACEITE Y UN TARRITO DE CRISTAL
Dispón de una o dos cabezas de ajo y de aceite de oliva virgen extra. Mejor si es de primera presión o extracción en frío. Prepara también un botecito de cristal.
2.- PRENSA LOS DIENTES DE AJO
Con la base de la palma de tu mano presiona el diente de ajo hasta que notes que su interior cruje. Ello facilitará que los puedas pelar con una facilidad asombrosa.
3.- CORTA EL DIENTE AJO POR LA MITAD
Con un cuchillo o puntilla corta longitudinalmente el diente de ajo por la mitad.
4.- EXTRAE LA PARTE CENTRAL DE CADA UNA DE LAS MITADES
Con una puntilla extrae la parte central del ajo deséchala.
Fíjate en esta fotografía y observa la diferencia entre la mitad del ajo donde todavía no se le ha extraído el centro (mitad superior) y la mitad donde sí le ha sido extraída (mitad inferior).
5.- MACERAR LOS DIENTES DE AJOS EN ACEITE
En un botecito de cristal vierte los dientes ya limpios y rellena con aceite de oliva.
6.- DEJA MACERAR LOS AJOS UNOS DIAS
Deja macerar los ajos un mínimo de 4 dias. Después, puedes irlos consumiendo a medida que los vayas necesitando puesto que se conservarán durante mucho, mucho tiempo en el botecito de aceite en un lugar fresco y seco. Resulta muy práctico tenerlos ya limpios y preparados para usar dentro de un tarro de cristal, y lo mejor… sin efectos secundarios!
7.- LIMPIEZA DE MANOS Y CUCHILLO
Hasta aquí hemos evitado los efectos secundarios del ajo desde el punto de vista digestivo, porque los hemos dejado listos para consumir. Pero para evitar otro tipo de efectos secundarios, como son el impregnado olor que deja en nuestras manos y en el cuchillo con el que los hemos manipulado, debemos hacer la siguiente operación:
Tanto nuestros dedos como el filo del cuchillo deben ponerse bajo el grifo de agua y dejar que corra el agua sobre ellos durante unos diez segundos, pero cuidado! Nunca frotando! Si frotamos nuestros dedos entre sí el olor del ajo penetrará dentro de nuestra piel y desprenderán olor a ajo durante horas.
Espero que os resulten útiles estos consejos.
A ver si os funciona! El sabor a ajo se mantiene pero se acaban (o minimizan al máximo) sus efectos secundarios.
Salud!