Elaboración: 40′ + 4h. remojo tomates secos| Personas: 2 | Dificultad: Baja
Ingredientes
- 4 Alcachofas
- 1 diente de ajo por cada alcachofa
- 1 tomate seco por alcachofa
- Aceite de oliva virgen extra
- Pimienta negra
Opcional: vino blanco y ajo seco molido
Elaboración
En primer lugar rehidratar los tomate secos en un bol con agua durante unas 4 horas (se trata de dejarlos en remojo)
Una vez estén ya hidratados, cortarlos a trocitos pequeños.
Laminar los dientes de ajo
Cortar el tronco a las alcachofas y unas 4 o 5 hojas, las más exteriores de la flor.
Ponerlas boca abajo y presionar con la palma de la mano para conseguir que se abran.
En el interior de las alcachofas pondremos, de forma generosa:
Sal, pimienta negra , ajo seco molido, trocitos de tomate seco y los ajitos laminados. Por último añadir un buen chorro de aceite de oliva virgen extra.
En una cazuela vertemos el agua de haber hidratado los tomates secos y añadir un poquito
más de agua y si quieres, un chorrito de vino y un poco más de sal.
Poner las alcachofas dentro de la cazuela, boca arriba. El líquido de la cazuela debe cubrir bien la base de las alcachofas (unos 3 o 4 cm de altura de líquido).
Tapar la cazuela y cocer a fuego medio y que vaya haciendo “chup-chup”. En unos 30 minutos las alcachofas estarán listas. Sólo debes controlar que no se queden sin líquido, pues se quemarían.
Estas alcachofas están divinas. Nos chiflan a toda la familia. Quedan muy melosas. La receta original es de mi amiga Gisela, que las hace increíblemente sabrosas, pero yo, para que sea más saludable la receta y no tenga productos de origen animal, he substituído el chorizo por los tomates secos, que les dan un sabor similar y un toque muy especial.
El resultado es sorprendente y casi igualan a las de mi buena amiga Gisela.
No dejes de probarlas, de verdad que no te arrepentirás!
Salud!