El calcio es un micronutriente, un mineral muy necesario para nuestros huesos y nuestros dientes.
El cuerpo humano sólo asimila el 20-30% del calcio que ingiere. Dos son las hormonas que se encargan de regular la asimilación del calcio: la parathormona (transfiere el calcio a la sangre y promueve su asimilación) y la calcitonina (elimina el exceso de calcio de forma natural por la orina). El calcio tiene sinergia con el magnesio, con el potasio y con el fósforo, pues estos otros minerales son necesarios para la absorción del calcio en el intestino.
¿Puede conllevar problemas de déficit de calcio no consumir leche de vaca y sus derivados?
Cuando se da un déficit de calcio en nuestro organismo no se debe a un bajo consumo de lácteos sino a seguir una dieta rica en carne, aditivos (chuches, patatas fritas, latas, embutidos…), refinados, azúcares, alimentos industriales, precocinados, etc., puesto que todos estos alimentos dificultan su asimilación y acidifican la sangre, estropeando la función renal y creando una mala absorción intestinal. Cuando se acidifica el PH de nuestra sangre, el cuerpo se autorregula y para alcalinizarse tira de sus reservas de calcio. Por tanto, la leche de vaca en exceso, lejos de calcificar lo que hace es descalcificarnos pudiendo acarrear problemas de osteoporosis. Un aporte extra de calcio para compensar el déficit de calcio provocado por el elevado consumo de los alimentos enumerados anteriormente, no servirá más que para que produzcamos cálculos renales.
¿Cómo obtener calcio de alimentos provinentes del reino vegetal?
Los alimentos vegetales con mayor contenido de calcio son las algas, el sésamo y las almendras. Encontramos también calcio, aunque en menores proporciones, en el brócoli, el perejil, la col, las nueces, los berros, la avena, las semillas de lino, las lentejas y los garbanzos.
Datos curiosos
- El sésamo tiene 10 veces más calcio que la leche de vaca.
- Una cucharada de algas nos aportará el mismo calcio que un vaso de leche de vaca.
Los oxalatos, antinutrientes del calcio
Los oxalatos son componentes de algunos alimentos que contienen ácido oxálico y que al unirse al calcio forma el oxalato cálcico, el cual impide la asimilación del calcio.
Los oxalatos se encuentran en grandes proporciones en el cacao, las espinacas, las acelgas, la remolachas y las alubias. A pesar de que todos ellos son alimentos muy saludables su contenido en oxalatos hace que si los consumimos en exceso podamos producir cálculos renales.
Si estos alimentos se cuecen en agua, los oxalatos quedarán en el agua de cocción. Consumidos en crudo deberemos tener en cuenta que de nada servirá combinarlos con sésamo, algas y almendras, puesto que el calcio que contienen éstos últimos no será asimilado por nuestro organismo.
Mi consejo
Rompe falsos mitos y calcifícate de forma segura y saludable ingiriendo alimentos que realmente te permitan asimilar este mineral tan preciado y necesario para nuestro organismo. Una dieta equilibrada, variada y rica en crudos vegetales, conseguirá que nuestro organismo cuente con la cantidad equilibrada de calcio sin necesidad de recurrir a tomar 3 vasos de leche al día, ni complementos alimenticios (pastillas), y a la vez nos mantendrá la salud del metabolismo y nos aportará gran cantidad de enzimas, vitaminas, aminoácidos y antioxidantes.
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