La glucosa es un azúcar que procede de los alimentos que ingerimos, y que también se forma y se almacena dentro de nuestro cuerpo. Es la principal fuente de energía de las células de nuestro cuerpo, y es transportada desde el torrente sanguíneo a nuestras células. La concentración de glucosa en sangre es la cantidad de glucosa que contiene la sangre. El cuerpo necesita insulina para que la glucosa contenida en la sangre pueda entrar en las células del cuerpo, que la utilizan como fuente de energía. Tener demasiado azúcar en la sangre durante largos periodos de tiempo puede causar problemas de salud graves si no se trata. Los altos niveles de azúcar en sangre deben evitarse para prevenir las enfermedades crónico-degenerativas que están en auge en nuestra cultura moderna (diabetes, obesidad, enfermedad cardíaca, cáncer, artritis, etc…)
Es de vital importancia limitar los carbohidratos refinados y los alimentos procesados reemplazándolos por opciones más sanas. Una forma de hacerlo es consumir suficientes grasas de alta calidad para activar la habilidad natural de nuestro organismo para quemar grasa como combustible principal en lugar de glucosa.
Cuando hacemos ese cambio metabólico que supone que nuestro metabolismo queme grasa como principal combustible en lugar de glucosa, optimizamos nuestra función mitocondrial y protegemos nuestro ADN mitocondrial del daño potencial que puede llevarnos a la enfermedad.
ESTO LO LOGRAMOS A TRAVÉS DE UNA DIETA CETOGÉNICA= DIETA ALTA EN GRASA SALUDABLE+ MODERADA EN PROTEÍNA+ BAJA EN CARBOHIDRATOS
La dieta cetogénica y la dieta low carb (algo menos estricta pero basada en los mismos principios) son ideales como dietas terapéuticas si te estás enfrentando a cualquier enfermedad o si aún no estando enfermo/a eres un apasionado por optimizar tu salud a la vez que desaceleras el proceso de envejecimiento. Esta dieta es un excelente protocolo de curación.
Veamos por qué:
Como concepto previo, debemos saber qué son las mitocondrias. Son como pequeñas fábricas de energía que se encuentra dentro de cada una de las células de nuestro cuerpo. Las mitocondrias utilizan un proceso metabólico mediante el cual convierten los alimentos que ingerimos y el aire que respiramos en energía. Si nuestras mitocondrias dejan de funcionar correctamente, enfermamos.
Cada célula de nuestro cuerpo necesita un abastecimiento contínuo de energía y la mitocondria produce esta energía a través de un proceso que involucra dos funciones biológicas esenciales para la vida: respirar y alimentarse. Ese proceso se denomina fosforilación oxidativa.
La células cancerosas y las células enfermas se apoyan y necesitan para su supervivencia metabolizar glucosa fuera de la mitocondrias para producir energía y lo hacen a través de un proceso mucho menos eficiente que se denomina glucólisis.
Nuestro cuerpo está diseñado para trabajar mucho más eficientemente con grasa que con azúcar. Al comer más azúcar y carbohidratos sin fibra (que se convierten rápidamente en azúcar) se generan muchos más radicales libres que dañan nuestros tejidos y allanan el camino hacia la inflamación y la enfermedad.
El beneficio principal de comer una dieta alta en grasas saludables y no refinadas, baja en carbohidratos netos sin fibra y moderada en proteína, es optimizar la capacidad de nuestras mitocondrias de generar un combustible denominado CETONAS.
Si se queman cetonas en lugar de glucosa la exposición de nuestras mitocondrias al daño oxidativo disminuye muchísimo más en comparación a cuando nuestra principal fuente de combustible es el azúcar. Las mitocondrias permanecen más fuertes, más sanas y más resistentes.
La dieta low carb/cetogénica es una auténtica terapia mitocondrial que no busca controlar los síntomas sino sanar de raíz la enfermedad crónica y el envejecimiento prematuro, es decir, es una alimentación que se enfoca hacia la integridad de nuestras mitocondrias.
Afortunadamente, la salud metabólica y mitocondrial es una disciplina cada vez más apoyada y seguida por médicos y científicos, si bien hasta la fecha, ha sido muy poco potenciada por la medicina convencional. Todo apunta a que en un futuro muy próximo se aceptará como cuidado estándar para afrontar, cuidar y curar la mayoría de enfermedades crónicas, degenerativas y autoinmunes.
En mi post El efecto Warburg y la relación con la dieta cetogénica obtendrás también una interesantísima información sobre el funcionamiento de la mitocondria y los avances que ello ha supuesto para el estudio del cáncer.
Besitos!