La Sal

La palabra salario tiene su origen en la palabra sal, cuando en la antigüedad se realizaban pagos con este preciado producto.

Hoy en día es un bien preciado en el aspecto gastronómico, pero controvertido en cuanto a sus beneficios e inconvenientes para la salud. Por eso, es muy útil saber qué tipo de sal es más o menos saludable

Sal de mesa común

  • Fundamentalmente es cloruro sódico.
  • A veces se le añade yodo y flúor.
  • No se extrae de manera natural, sino mediante procesos industriales.
  • Lo peor es que se le añaden aditivos y conservantes que no se especifican en la etiqueta por no ser obligatorio.

Especialistas en medicina aseguran que un exceso en el consumo de sal puede acarrearnos serios trastornos que van desde la hipertensión a enfermedades cardiovasculares, hipertensión,  retención de líquidos o edema.

Sal marina sin refinar

Se obtiene mediante la evaporación de agua de mar. Tiene un tono más grisáceo y son muchos los que prodigan sus múltiples beneficios. Sin embargo, también hay investigaciones, que aseguran que los componentes de la sal de mesa y de otras marcas de sal de roca o sal marina son prácticamente los mismos: fundamentalmente cloruro sódico.

Es cierto que la sal marina sin refinar contiene, además de cloro, sodio, yodo y flúor, otros minerales esenciales para el organismo en proporciones adecuadas, pero lo cierto es que el principal componente sigue siendo el cloruro sódico. Por lo tanto, sigue siendo peligroso su consumo excesivo y completamente innecesario, ya que podemos extraer los minerales esenciales en las proporciones adecuadas de los alimentos que ingerimos a diario, siempre y cuando sigamos una dieta equilibrada.

Sal rosa del Himalaya

Durante los últimos años este tipo de sal se ha puesto muy de moda, quizá por su bonito tono rosado, pero sobre todo por la enorme publicidad que se le ha dado, atribuyéndole propiedades seguramente algo exageradas. Para empezar, esta sal no procede del Himalaya, sino principalmente de Pakistan y de América Latina. Saltó a la fama durante los años 90 asegurando contener los 84 elementos esenciales para el organismo y su uso se ha extendido no sólo al ámbito culinario, sino también a la cosmética o incluso a la fabricación de lámparas de sal del Himalaya.Tiene un sabor menos salado que la sal común de cualquier tipo y no se apelmaza.Suele fundirse fácilmente con los jugos de los alimentos. Puede emplearse en cualquier tipo de cocina.

Comparada con la sal común elaborada industrialmente, contiene muchos más nutrientes y oligoelementos saludables, pero también es bastante probable que no sean equiparables a su elevado precio (entre 4 y 5 € el kilo) porque su componente mayoritario sigue siendo el cloruro sódico. Es la sal que yo utilizo.

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Beneficios de la sal

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cantidad de sal recomendada al día está entre un mínimo de 500 mg y un máximo de 2000 mg (una cucharadita de sal equivale a 2000 mg). Si se respeta esta cantidad, la sal :

  • Mantiene el equilibrio hídrico.
  • Es necesaria en la digestión, metabolismo y absorción de nutrientes.
  • Colabora en la transmisión de impulsos nerviosos.
  • Regula el nivel de PH del organismo.
  • Ayuda a mantener los músculos en buen estado, entre ellos el corazón.
  • Regula la presión sanguínea y favorece, sobre todo, a las personas hipotensas.

Perjuicios de un consumo excesivo de sal

Cuando superamos esas dosis recomendadas, sobre todo por no tener en cuenta que la mayoría de los productos que consumimos (sobre todo si son procesados) ya contienen sal, nuestro organismo se puede ver negativamente afectado por:

  • Osteoporosis.
  • Deshidratación.
  • Problemas renales y retención de líquidos.
  • Enfermedades cardiovasculares.
  • Hipertensión

Conclusiones… ¿Qué sal elijo?

Por supuesto existen otras muchas clases de sales con distintas procedencias. Algunas son famosas por sus propiedades gastronómicas más que por sus beneficios en la salud y casi todas ellas llevan a cuestas un marketing elaborado que las señala como las más puras y naturales. Pero lo cierto es que, teniendo en cuenta todos los datos recabados, las conclusiones a las que yo he podido llegar son:

  • Que todas las sales tienen como componente esencial el cloruro sódico y por tanto deben consumirse con moderación.
  • Que la ingesta de sal es completamente innecesaria, ya que el sodio y demás elementos que aporta podemos obtenerlos de muchos alimentos.
  • Que la sal es un condimento utilizado principalmente por su sabor y no por sus beneficios en la salud.
  • Que las sales obtenidas de la naturaleza mediante procesos artesanales, como las sales marinas o las de roca, contienen mayor número de elementos nutritivos.
  • Que muchas veces las propiedades aclamadas por la publicidad no hacen justicia al elevado precio de algunas sales y que lo ideal es elegir una sal natural, que es la única que puede justificar un precio mayor.
  • La sal rosa y la sal marina no refinada son las mejores para la dieta diaria si son usadas con moderación y tienen un valor nutricional similar. La primera tiene la ventaja de no haber sido expuesta a la elevada polución de los mares. Sin embargo, si puedes conseguir sal marina blanca sin refinar también te beneficiarás de los minerales naturales y de los elementos sin procesar que la misma contiene.