Los gatos de Pottenger

Érase una vez un Doctor de California llamado Dr. Francis Pottenger (1901-1967), que en 1932 empezó a realizar un curioso estudio con gatitos. Su estudio duró 10 años (finalizó en 1942) y analizó más de 900 gatos, abarcando a cuatro generaciones de estos animalitos. El estudio se basaba en controlar los alimentos que comían, para lo cual formó 4 grupos de gatos. Los resultados fueron fascinantes nutricionalmente hablando.

Al grupo 1 los alimentó con leche cruda sin pasteurizar, aceite de hígado de bacalao y  carne cocinada.

Al grupo 2 los alimentó con carne sin cocinar y leche pasteurizada.

Al grupo 3 los alimentó con carne cocinada y leche pasteurizada.

Al grupo 4 los alimentó con carne cruda sin cocinar y leche cruda sin pasteurizar.

El Doctor dejó los registros fotográficos y dejó escritas con todo detalle sus observaciones.

Los gatitos del grupo 4 alimentados sin cocción ni temperatura en sus alimentos no presentaron enfermedades crónico-degenerativas. Envejecieron normalmente y murieron a edad madura. Vivieron más y mejor que los gatitos de los otros grupos. Mantuvieron la anchura de su rostro, dientes uniformes y sanos, piel lustrosa, poca pérdida de peso, eran sociables, amistosos, hubo abortos escasos y eran resistentes a las infecciones, parásitos y alergias. Sus crías se mantuvieron sanas durante las cuatro generaciones que abarcó el estudio.

Los gatitos del resto de grupos, a los que les daba la misma comida cocida  que se daba en el Hospital Pottenger a los enfermos (que era la típica dieta occidental) ya durante  la primera generación mostraron enfermedades crónico-degenerativas tales como alergias, artritis, cáncer, cardiopatías, tiroides, hígado, caries, riñón y osteoporosis. La segunda generación mostró las mismas enfermedades pero con mayor severidad. En la tercera generación la mayoría de gatitos nacieron enfermos y murieron a los seis meses. En la cuarta generación tuvo que detener el estudio porque los gatos resultaron estériles y no podían reproducirse. Se detectaba en estos gatitos estrechamiento del cráneo y dentición amontonada, cambios esqueléticos -huesos más alargados- y menores niveles de calcio. El Dr. Pottenger escribió que estos gatitos mostraban toda clase de alergias, estornudaban, tenían respiración sibilante, eran irritables, nerviosos y casi no ronroneaban. Pesaban un 20% menos que los gatitos sanos y su piel estaba áspera y pobre.

Resulta obvio que los gatos que no habían sido alimentados con crudos, presentaban las mismas enfermedades que hoy consideramos como habituales en los humanos: trastornos hepáticos, cardiovasculares, pérdida de dientes, caída anormal de pelo, disminución de la densidad ósea, pulmonía, artritis, diarrea, alergias, irritabilidad…

El Dr. Pottenger dejó escrito que en la nutrición había sustancias claves y fundamentales reactivas al calor. Nunca les denominó “enzimas”, seguramente porque poco se sabía de ellas entonces puesto que se descubrieron a finales del siglo XIX, pero sus observaciones hubieran podido conmocionar las bases de la medicina moderna. Su trabajo, como el de muchos otros, ha sido ignorado. Pero sus gatitos fueron una prueba real de los beneficios que aporta alimentarse con crudos.

Las enzimas son parte fundamental de la salud en los seres vivos. Aporta crudos saludables a tu dieta y tu salud te lo agradecerá!